Recordando a Popotxo

Popotxo y Gurruchaga

 

«Popocho era insustituible. Multifacético, camaleónico, era culto, tenía una gran sensibilidad, y le gustaban el arte, el cine, el rock, el teatro y el circo. Era fan de Buster Keaton (hasta se le parecía físicamente) y Chaplin, en los que se inspiraba a la hora de hacer caras y expresiones. Pero chupaba y observaba de todo el mundo, era un gran vampiro y rápidamente hacía suyo cualquier personaje de la realidad distorsionada de entonces y de hoy. Pedro era un hombre orquesta. Nunca mejor dicho.»

Javier Gurruchaga

 

Orquesta Mondragón – Caperucita feroz

 

No sé muy bien por qué, pero ayer me dio por tararear una canción de la Orquesta Mondragón (en concreto Champú rojo, de su mítico Bon voyage, aquello de ¡pruebaló, sienteló…!) y recordé haber escuchado recientemente que en octubre había fallecido Pedro Ayestarán, más conocido como Popotxo, de profesión Popotxo, al que todos llamábamos el «enano» de la Mondragón. Un personaje entrañable y fundamental para comprender la teatralidad de la banda donostiarra.

Orquesta Mondragón – Muñeca hinchable

 

Cómo cambian los tiempos, seguro que en la actualidad una canción como ésta, con esa puesta en escena, sería rechazada por algunos sectores de la sociedad. Volviendo a Popotxo, nuestro particular Buster Keaton español, fue el complemento ideal para el histriónico y excesivo Javier Gurruchaga, formando un dúo legendario que arranca un poco antes de la Movida y llega hasta nuestros días. Divertido, irreverente, provocador, su presencia muda y su gran vis cómica ayudaron a consolidar a la Orquesta Mondragón como uno de los grandes referentes de la época, más allá de su etiqueta de «freak rock».

 

Orquesta Mondragón – Ponte peluca

 

Esa constante parodia, esa subversión, eran sobre todo patentes en sus espectáculos en directo, y ahí es donde Popotxo echaba el resto. Tengo un grato recuerdo de un concierto suyo (con unos principiantes Duncan Dhu como teloneros) en el auditorio de la Casa de Campo durante las fiestas de San Isidro a finales de los 80. Uno de los mejores conciertos de los que tengo memoria. Aparte de la música, la gente iba sobre todo a pasarlo bien, y ellos eran unos magos de la diversión y el entretenimiento. Hace poco, en 2016, la banda realizó una gira para celebrar su 40 aniversario, y ésa fue una de sus últimas apariciones públicas. Gracias Popotxo por tantas risas y buenos momentos.

 

Orquesta Mondragón – Garras humanas

 

Y otra de propina.

 

Orquesta Mondragón – Ellos las prefieren gordas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *