«Llámale actitud, frescura, descaro, provocación, hedonismo, ganas de divertirse y de divertir, sin aparente trascendencia pero con un fin innegable: el de cortar con el pasado rancio aprovechando los vientos de libertad, alterar el orden estético establecido y reivindicar la entrada de nuestro país, con décadas de retraso, en la cultura pop y la modernidad. ¡Bendita ingenuidad! … Arte, fotografía, moda, cine, literatura, cómic, prensa, televisión e incluso gastronomía. La movida lo contagió todo con su espíritu lúdico y desacralizador. Y la transversalidad era total.»
Juan Manuel Bellver (The Objective)
Alaska y Pegamoides – Horror en el Hipermercado
El pasado 9 de febrero se cumplieron 40 años del famoso concierto-homenaje a Canito, batería de Tos (germen de Secretos), fallecido poco antes en un accidente de tráfico. Dicho concierto, que en su momento fue minoritario y casi pasó desapercibido, se ha mitificado con el paso de los años y se suele mencionar como el punto de partida de la Movida Madrileña, ya que allí se juntaron algunos grupos emergentes como Trastos, Mermelada, Alaska y Pegamoides, Nacha Pop, Bólidos, Tos o Paraíso. Algunos de ellos tendrían una larga trayectoria, otros no tendrían tanta suerte. Será sin embargo en mayo del año siguiente cuando esta generación alcance su mayor esplendor y visibilidad, con el Concierto de Primavera en la Universidad Politécnica de Madrid al que acudieron alrededor de quince mil personas, entre ellas el entonces alcalde madrileño Tierno Galván. Y es que la Movida, sin restarle sus evidentes méritos artísticos, recibió un gran apoyo institucional, sobre todo de los políticos socialistas que veían en esta corriente aires de «modernidad».
Los Secretos – Dejame