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La librería ambulante, Christopher Morley

“La librería ambulante” de Christopher Morley, es un clásico de las letras norteamericanas de principios del siglo XX. Es una novela fácil de leer, no muy larga, muy entretenida y con gran ternura. El texto fluye con suavidad y hace partícipe de las situaciones y experiencias al lector, con personajes muy humanos.

Foto Rosa Jiménez Villarín

En una granja de Estados Unidos viven dos hermanos, Andrew y Helen McGill. Viven una vida apacible hasta que Andrew comienza su andadura como escritor publicando un libro sobre agricultura con bastante éxito. Motivo de preocupación para su hermana pues desatiende los trabajos de la granja.

Un día aparece por la granja Roger Mifflin con un carromato lleno de libros que intenta vender a Andrew, pues admira mucho su libro, y así poder retirarse y escribir sus memorias. Helen ve en esto un gran peligro pues su hermano desatendería aún más las tareas agrícolas. Para evitar esta tesitura decide quedarse ella con el carromato lleno de libros y emprender una nueva etapa.

“Dios, dijo, cuando le vendes un libro a alguien no solamente le estás vendiendo doce onzas de papel, tinta y pegamento. Le estás vendiendo una vida totalmente nueva. Amor, amistad y humor y barcos que navegan en la noche. En un libro cabe todo, el cielo y la tierra, en un libro de verdad, quiero decir…”

A partir de este momento Helen vive una aventura exterior e interior, a medida que las situaciones discurren por los caminos, la vida de ella también cambia, evoluciona y despierta a otro tipo de vida menos anodina con más emociones, aventuras y contratiempos.

Es la liberación de Helen, despierta al mundo, a tener otras inquietudes, a tener nuevos planteamientos, a tener que tomar decisiones, en definitiva a tomar el timón de su propia vida.

“Una aventura que, habiendo comenzado como una mera broma o un capricho, había acabado por convertirse en la sustancia misma de la vida. Era algo extravagante, supongo, y tan romántico como una gallina clueca, pero, ¡por los huesos de George Eliot!, me dan pena las mujeres que nunca tuvieron la oportunidad de vivir una extravagancia.”

Si aún no has leído esta pequeña joya literaria la puedes encontrar en nuestra Biblioteca y guías de viajes de Estados Unidos para completar la lectura viajando.

Rosa Jiménez Villarín

 

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El otro mundo, de Cyrano de Bergerac

Hoy 20 de julio de 2009 hace 40 años que pisó por primera ver el hombre la luna: el 21 de julio de 1969 el comandante de la nave Apolo XI, Neil Armstrong, pisó el intacto polvo lunar. ¿Por primera vez de verdad?
Cyrano de Bergerac, el espadachín humanista, el soldado tabernario, el escritor más conocido en los garitos de juego del París del XVII, que se batió en cien duelos, que estudió las doctrinas de Epicuro, poeta burlesco e impío, libertino, librepensador e incrédulo, soldado contrario a las guerras, amigo de Gabriel Naudé, bibliotecario de Mazarino y padre de la biblioteconomía moderna y que, finalmente, murió joven, a los 36 años; Cyrano, decía, afirmaba haber pisado la luna (antes que Neil Armstrong).

Primer intento:
Me até todo alrededor gran cantidad de frascos llenos de rocío, y el calor del sol, que los atraía, me levantó tan alto que al cabo me encontré por encima de las nubes más altas. Pero como esta atracción me hiciera subir demasiado deprisa y, en lugar de acercarme a la luna, como yo quería, me pareciera más lejana que al partir, fui rompiendo alguno de los frascos hasta que sentí que mi peso superaba la atracción y descendía hacia la tierra.

Segundo intento:
Con una máquina que construí y que imaginaba capaz de elevarme tanto como deseara, me lancé al aire desde la cumbre de un peñasco. Pero, por no haber tomado bien mis medidas, caí bruscamente de cabeza en el valle.

Tercer intento:
Me di cuenta entonces de que, encontrándome la luna en menguante y acostumbrada durante ese cuarto a chupar el tuétano a los animales, sorbía aquél con que me había untado con tanta más fuerza cuanto que su globo se hallaba más cerca de mí, y sin que el obstáculo de las nubes debilitara su vigor.

Y cuenta Cyrano cómo cayó sin dolor no en la superficie de la luna, sino en las ramas del mismísimo Árbol del Bien y del Mal, y encontró en la luna ríos y avenidas y bosques, y jardines de flores, y en el jardín se cruzó con el profeta Elías, el demonio de Sócrates y selenitas invisibles.

Son fantásticos (en el doble sentido de la palabra) dos fragmentos de este libro: su apología del repollo y su descripción anticipatoria de magnetófono portátil. Encuéntralos.


Las ilustraciones de Grandville que suelen adornar las ediciones del Viaje a la luna de Cyrano se pueden apreciar en esta magnífica reproducción facsimilar debida a Gallica, el portal de la Biblioteca Nacional de Francia.

El hombre que pudo reinar, de Rudyard Kipling

¿Te gustó más la película que la novela? (Pues las tenemos las dos). Bajo este epígrafe hemos programado en la Biblioteca del Campus de Colmenarejo de la Universidad Carlos III de Madrid una pequeña exposición biblio-cinematográfica: películas (que tenemos en la Biblioteca) basadas en novelas (que también tenemos en la Biblioteca). Proponemos la experiencia de leer la novela en la que se basó aquélla película que tanto te gustó; o descubrir distintas maneras de adaptar una novela clásica para hacer una película de aventuras; o llevarte en préstamo la novela y la película y buscar las siete diferencias…



Uno de los títulos que tenemos es «El hombre que pudo reinar», película de 1975 dirigida por John Huston, con Sean Connery y Michael Caine como protagonistas, que está basada en la novela corta «The Man Who Would Be King», publicada en 1890 por Rudyard Kipling, y que en la Biblioteca tenemos en la traducción española que publicó la editorial Valdemar junto con otros tres relatos del mismo autor anglo-indio.

Otros títulos son Cyrano de Bergerac, El cartero siempre llama dos veces, De aquí a la eternidad, Al sur de Granada, Las nieves del Kilimanjaro, La Regenta, El tercer hombre, La Reina Margot, El Rey pasmado o Doctor Jeckill y Mr. Hyde.

¿Quieres que compremos más películas? ¿Más novelas? ¿De las dos? No dudes en dirigirte a la Biblioteca para hacer las recomendaciones de adquisición de nuevos títulos que quieras.