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Mejor la ausencia, Edurne Portela

A Edurne Portela el Gremio de Librerías de Madrid le otorgó el premio al Mejor Libro de Ficción por “Mejor la ausencia”, autora vasca que ha compaginado la docencia con la escritura.

A través de los ojos de Amaia, una niña en principio y luego adolescente, narrado en primera persona, en el entorno de un pueblo de la margen izquierda del río Nervión en los años 80 y 90 del siglo pasado, nos muestra un lugar, una sociedad y un momento de la historia de España y concretamente del País Vasco. Estos hechos pertenecen a un momento muy decisivo de nuestro devenir que cambiaron con más o menos sobresaltos la sociedad y como consecuencia la vida de las personas.

El eje central de esta novela es una familia compuesta por un matrimonio y cuatro hijos, la más pequeña es la que nos relata su propia existencia y la de su familia. Es un ambiente familiar violento y complicado. Con un padre ausente durante largas temporadas, en una ocupación desconocida para sus hijos, con una madre que es la que se encarga de los hijos con ayuda de la abuela pero que es maltratada por su familia y que se refugia en el alcoholismo. Cada persona tiene una familia y aquí nos traslada de la imposibilidad de escapar de ella.

“Volvieron a hacer la pintada en el portal, pero esta vez sólo pusieron txibato y nuestro apellido dentro de una diana. Yo no me di cuenta de que era una diana hasta que lo dijo Aitor. Ahora aita no viene nunca a casa.”

En este entorno están los cuatro hijos, se relacionan mal con sus padres y a veces también el trato entre ellos es muy tenso, apareciendo temas como el desarraigo, la incomunicación, la drogadicción y el conflicto, siendo muy importante el aspecto social del pueblo dónde viven.

La violencia está muy presente en toda la historia, no sólo la del terrorismo si no también la conflictividad social. Se presentan situaciones difíciles pues dentro de las familias hay miembros de ideologías diferentes. Vivir en un ambiente social opresivo hace más difícil mostrar las ideas propias y no sentirse señalados por los demás.

Amaia en la primera parte, que es la más extensa, nos transmite su existencia, su ambiente familiar, su entorno social y toda la problemática que esto acarrea. En la segunda vuelve a su lugar de origen y se encuentra con todos sus problemas aún no resueltos, siendo fríos y distantes los reencuentros. Es un personaje que transmite mucha soledad y desarraigo con huidas y regresos.

“Las casas son un poco como las personas. Según envejecen, queda la estructura de lo que fueron, los rasgos reconocibles a pesar de la debacle del tiempo. La casa de mi madre, después de todos estos años, está ajada y entera a la vez. Como yo.”

“La ficción es una forma de conocimiento, te enseña muchas cosas de lo que te preocupa y de ti misma” según Edurne Portela, es recomendable su lectura y está entre los libros de nuestra Biblioteca.

Rosa Jiménez Villarín

 

 

Formas de estar lejos, Edurne Portela

“Formas de estar lejos” es la segunda novela que leo de Edurne Portela: no me ha defraudado a pesar de ser distinto el tema y el entorno, aunque mantiene un tema principal como la violencia y lo que genera la misma.

Fotografía José Luis Prieto

Alicia viaja a Estados Unidos  como profesora de Universidad, encuentra un ambiente nuevo que es emocionante pero que aporta cierto vértigo ante lo desconocido. Entre las personas a las que conoce está Matty, con el que entabla una relación intensa de forma rápida, llegando a vivir juntos y comprarse una casa.

De estilo sencillo sin profundizar en temas escabrosos pero dejando unas pinceladas que son lo suficientemente precisas para vivir la situación que nos describe.

Desde el principio de la narración la autora nos pone sobre aviso, sobre lo que puede pasar y que ha llevado a esa situación. Esta técnica narrativa influye en la lectura, se mira con otra perspectiva lo que está narrando, pues se sabe que muchos de esos momentos cotidianos tienen especial interés para el devenir de los acontecimientos, pero quizás si no tuviéramos tanta información pasarían desapercibidos.

“He cerrado la puerta de la calle con llave y echado los dos cerrojos. He comprobado la puerta corredera de la cocina y colocado el listón de madera en el raíl para trancarla. También he cerrado por dentro la habitación. No he dejado de repetir este ritual ni una noche.”

La autora nos pone en antecedentes sobre las relaciones familiares, laborales y de pareja que tan importantes son en el desarrollo de una persona y que pueden llegar a favorecer una falta de autoestima.

“padre no hablaba con madre, le daba órdenes. Pasaba la mayoría del día sentado en su sillón reclinable bebiendo cervezas y viendo la tele mientras ella tenía que hacer todo en casa […] A nosotros no nos trataba mucho mejor…”

El tema principal es la violencia de género, pero no se excluyen otros tipos de violencia. Se presentan diferentes situaciones, diferentes trazos de su vida en común, en las que afloran comportamientos de Matty que van descubriendo su carácter. Momentos cotidianos que tienen una carga importante de violencia que van a llevar a padecer a nuestra protagonista miedo, soledad, incertidumbre y angustia.

“No podría decir cuándo empezó todo. Cuándo mi vida comenzó a torcerse y esa que fui dejó de existir y se convirtió en una mujer que se encerraba a llorar  en un armario. Y todo lo que vino después.”

Es una lectura sencilla y reflexiva, en la que se ve la evolución de una relación tóxica con los elementos de dominación, aislamiento de sus amigos, reproches y manipulación que producen un sentimiento de culpabilidad en la víctima.

Lectura muy recomendable.

Rosa Jiménez Villarín