Sierra de Guadarrama

“Dos caras, como algunas personas, tiene la parroquia de San Sebastián…” Así empezaba Benito Pérez Galdós su novela Misericordia, y así se puede describir también la Sierra de Guadarrama, con dos caras que se dan la espalda pero que a la vez no dejan de mirarse para fijarse la una en la otra.

La Biblioteca de Colmenarejo expone hasta el 30 de noviembre en el vestíbulo del Aula Magna (Edificio Menéndez Pidal) la muestra «El Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama: un siglo de historia», producida por el Centro Nacional de Educación Ambiental (CENEAM) de Parques Nacionales, situado en Valsaín, Segovia.

Complementa a la exposición la Charla-debate «¿Qué hacemos con el cambio climático?» que se celebrará el lunes 19 de noviembre a las 15 h. en la Sala de Juntas del mismo Edificio Menéndez Pidal

La exposición es una muestra de la historia y evolución de la Sierra de Guadarrama. En ella podremos observar lo acontecido en ella en los últimos cien años a través de fotografías que muestran sus inicios, cómo fue despertando la curiosidad científica y deportiva y cómo sus poblaciones supieron obtener beneficios de los recursos que esta ofrecía.

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Históricamente la Sierra de Guadarrama ha sido una tierra límite, marca de fronteras entre dos territorios, pero que a la vez forma una unidad, con una cultura serrana común: en su ganadería, su folclore, sus recursos hidráulicos, su aprovechamiento de los recursos naturales…

Las dos caras que forman esta sierra son la rampa segoviana y la rampa madrileña. La primera, centrada tradicionalmente en el aprovechamiento de la madera desde hace más de un siglo, con los gabarreros recogiendo la leña para abastecer las fábricas de La Granja y Valsaín. La segunda, destino de la clase acomodada desde principios de siglo XX para deportes, ocio y entretenimiento. Ambas objeto de estudios científicos que desde 1930 buscaron la protección del entorno natural. La Institución Libre de Enseñanza supo captar el recurso educativo que ofrecía la sierra y Francisco Giner de los Ríos introdujo las excursiones a la misma como método de enseñanza. Así, Bartolomé Cossío inaugura este innovador método con la primera excursión de maestros y alumnos a la sierra. A lo largo del siglo XX fueron muchos los niños y estudiosos que disfrutaron de este entorno no solo como lugar de recreo, sino también como método de enseñanza.

Como frontera natural que es también fue frente de guerra en la guerra civil española. Ambos bandos lucharon por el control de los pasos, de gran importancia estratégica tanto para la defensa como para la toma de Madrid. La sierra de Guadarrama fue testigo de la batalla de La Granja (mayo-junio 1937) y de la vida cotidiana que tuvieron que llevar los soldados en uno de los inviernos más duros que se recuerdan, el de 1937.

La sierra de Guadarrama ha ofrecido un marco idóneo para el desarrollo cultural, histórico y social de sus poblaciones. Los monarcas se percataron de ello muy pronto y dejaron su huella en los palacios de El Escorial, La Granja, Valsaín y Riofrío. De la misma forma, estudiosos, escritores y científicos supieron aprovechar sus virtudes. Así nos lo explicó Menéndez Pidal: “la influencia del Guadarrama en la literatura española es comparable con la de la Arcadia en la griega”.

Esta muestra es un reconocimiento a las generaciones precedentes que han sabido legar un valioso patrimonio cultural y educativo, dando ejemplos de integración sostenible. Hoy en día protegemos este entorno con el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, declarado en 2013.

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