El crepúsculo de los dioses: ignorada por ser mujer y por hablar

 

En 1950, Billy Wilder estrenó El crepúsculo de los dioses, una de las obras más celebradas del cine clásico americano que aborda la decadencia de una antigua estrella del cine mudo. Así, Gloria Swanson llevó a cabo una poderosa interpretación en la que se pone en la piel de Norma Desmond, una mujer incapaz de aceptar que sus días de gloria pasaron y que sueña con un retorno triunfante en la gran pantalla. De hecho, la propia Swanson fue una gran actriz del cine mudo, musa de la Paramount, que llegó a rodar más de 20 películas en menos de 10 años y que se retiró prematuramente a los 35 años. Así, Swanson protagonizó un regreso triunfal gracias al filme de Billy Wilder, contando con grandes reminiscencias autobiográficas.

Acompañando a Swanson están William Holden, que interpreta a Joe Gillis, un guionista venido a menos al que Norma Desmond necesita para escribir un guion para su regreso a la gran pantalla; Erich von Stroheim, como el misterioso mayordomo de la estrella; y Nancy Olson, como una empleada de la Paramount que desea escribir guiones con la ayuda de Joe. Y hasta hay varios cameos de figuras destacadas de Hollywood, como el director Cecil B. DeMille, la columnista de cotilleos Hedda Hopper y tres celebridades del cine mudo: Buster Keaton, H. B. Warner y Anna Q. Nilsson.

El filme fue nominado a once Premios Óscar, incluidas nominaciones para los cuatro protagonistas, ganando tres estatuillas: Mejor Guion original (para Charles Brackett, Billy Wilder y D. M. Marshman Jr.), Mejor dirección artística y Ambientación en blanco y negro (para Hans Dreier, John Meehan, Sam Comer y Ray Moyer); y Mejor banda sonora para una película no musical (para Franz Waxman). Pero quizás su mayor logro ha sido convertirse en uno de los grandes clásicos de Hollywood, constituyendo un referente para la cultura pop y siendo homenajeado en múltiples ocasiones. Y eso que en el preestreno de la película una señora de unos sesenta años le dijo a Billy Wilder: «¿Ha visto una mierda semejante en su vida?». «Francamente, no», le contestó él.

Aunque la trama roza en algunas ocasiones la parodia, porque el descenso a la locura de Norma está de lo más caricaturizado, llama la atención el componente crítico que se puede extraer de la trama. No fueron pocos los intérpretes que se vieron incapaces de adaptarse al paso del cine mudo al sonoro y que acabaron siendo ignorados, perdiendo con ello su trabajo. Pero aunque este cambio tecnológico fue todo un drama para muchos actores, caso aparte es la falta de papeles para las mujeres que se acentúa cuando van cumpliendo años. Así, el Hollywood de los años 50 (y también el actual, aunque menos) acaba por hacer invisibles a las actrices una vez que cumplen más de 40 años. Por ello, aunque Norma es una mujer egocéntrica y endiosada en sí misma, sufre tanto las consecuencias de haber sido ignorada por ser una actriz del cine mudo como el abandono que la industria provoca en las actrices más veteranas.

También llama la atención la estructura de la película, que es contada por Joe Gillis, que aparece muerto en la piscina de Norma Desmond, y que va contando las circunstancias y la historia que explican su muerte. Así, Joe es el narrador y expone el punto de vista de la historia, lo que puede explicar la creación de Norma, que es de lo más estereotipada. Sin embargo, es Gloria Swanson la protagonista absoluta de la historia, ya que la actriz se come la pantalla cada vez que sale, demostrando las consecuencias más exageradas de alguien que lo fue todo y que ahora ya no es nadie.

Iñaki Parra Lázaro. Alumno UC3M

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