Introducción al anime y los clásicos del cine de animación japonés

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Con motivo del II Encuentro hispano-japonés de la Universidad Carlos III de Madrid, que se celebra en el entre los días 24 y 28 de octubre, hoy os quiero hablar del anime y los clásicos del cine de animación japonés. Pensando en cómo enfocar un tema tan amplio como el cine japonés, siento que sería demasiado denso hablar de su historia, muy banal de sus directores e injusto centrarme en películas concretas para hablar de un siglo de historia cinematográfica relativamente pequeña.

‘Anime’ (アニメ) es el vocablo que se utiliza para la producción de dibujos animados creados en Japón, tanto para televisión como para cine. Las principales características visuales se encuentran en el diseño de personajes con ojos grandes, de colores llamativos, facciones pequeñas, cabello exuberante, cuerpos delgados u obesos… por lo general la personalidad de los personajes determina sus rasgos faciales. Estos personajes pueden ser humanos o no humanos (animales, monstruos, humanoides, espíritus…). En los antecedentes de la animación japonesa encontramos el “teatro de sombras”, las estampas narrativas de la época feudal y las publicaciones en papel del siglo XIX.

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El primer anime data de 1907: Katsudo Shashin y dura unos cuantos segundos,  mientras que la que se considera la primera película de anime real la encontramos 10 años más tarde con una duración de 5 minutos: Imokawa Mukuzo Genkanban no Maki.

Desde 1917 en adelante se comienza la acompasada carrera de cortos de animación, con una temática basada en leyendas y fábulas, cambiando la temática al ser usadas como propaganda por el gobierno durante la Segunda Guerra Mundial, ejemplo es Momotaro Umi no Shinpei, considerado el primer largometraje de anime.

Y, aunque la primera producción de animación en color es de 1948, el primer largometraje en color data de 1956, Hakujaden, una historia de amor donde los animales adquieren un gran protagonismo; algo así como una peli Disney japonesa.

A medida que la televisión iba siendo más accesible y la programación dejaba de ser de contenido internacional, empezaron a proliferar las series animadas nacionales, siendo la primera de 1960: Mittsu no Hanashi.  La televisión fue el medio decisivo para la globalización de la animación, ya que, la serie que consiguió cruzar el charco hacia EEUU y vender al mundo el anime fue Astroboy (1963-1966). Y desde aquí, como solía decir una profesora de literatura del instituto, fue tirar semillas en campo abierto… es decir, al anime le salieron distintos géneros que alguna vez habrás, al menos, oído: gore, magical girls, hentai, ecchi… y series que seguramente has visto: Pokemon, Digimon, Sailor Moon, Naruto, Dragon Ball Z, Heidi, Marco, Sin Chan, Caballeros del Zodiaco, etc…

Aunque para los verdaderos fans del anime esto es quedarse en la capa más superficial.

¿Y las películas?  ¿Y los videojuegos? ¿Y el merchandising? ¿Y…?

El anime es un universo que alberga una industria que genera un ingreso enorme, ya no solo a Japón sino al mundo. Pero como para hablar de cifras tenemos otras páginas como Anime, imperio millonario, La animación japonesa: hechos y cifras, Industria japonesa del manga y el anime combate la piratería en el extranjero, Anime y manga de Japón para el mundo, hablemos del cine.

La oleada de producción de anime se vio fortificada por Akira, una película de 1988 ambientada en un Japón futurista tras la tercera guerra mundial y dirigida por Katsuhiro Ōtomo.

Ese mismo año se estrenó otro clásico de animación: Mi vecino Totoro, dirigida por el aclamado Hayao Miyazaki, es una película que cuenta la historia de dos niñas que se mudan con su familia al campo, donde entablan amistad con un espíritu: Totoro.

En 1988 también se estrenó La tumba de las luciérnagas, diferenciada de Mi vecino Totoro por su tono más adulto y triste. La película de Isao Takahata, es la historia de una niña pequeña y su hermano mayor durante la Segunda Guerra Mundial.

Más adelante, en 1997 tenemos a La princesa Mononoke de Miyazaki, fue la producción de animación más cara del momento con unos 2.400 millones de yenes japoneses, además el famoso director tenía decidido retirarse de la animación tras la finalización de esta película, pero su éxito le llevó a dirigir El viaje de Chihiro estrenada en 2001, producida por la productora por excelencia Studio Ghibli. Es la historia de una niña que se pierde junto a su familia en un viaje en coche hacia su nueva casa, Chihiro se embarca en una aventura en un mundo mágico y misterioso de dioses, brujas y espíritus.

En 2004 tenemos El castillo ambulante de la misma productora y director; Sophie es una joven con una maldición y tratará de encontrar ayuda en el mago Howl que habita en el castillo ambulante. Esta es una de las 4 películas que entran dentro de las 10 películas con mayor recaudación en Japón.

Para finalizar, la última película de anime que he visto: Los niños lobo de 2012, dirigida por Mamuro Hosoda, es una película sobre una estudiante que se enamora de un hombre lobo con el que tiene dos hijos, tras la muerte de su marido, tendrá que aprender a  criar a sus dos hijos lobo completamente sola.

Estos y muchos más clásicos del anime se encuentran en la sección de dvds de la Biblioteca de Humanidades y para los que se hayan quedado con ganas de más, aquí tenéis un enlace a más títulos de anime japonés.

Angello Vivar (alumno de la UC3M)

 

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