Nightcrawler: “La sangre vende”

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Cuando me dispongo a hablar de Nightcrawler me surge una duda fundamental: ¿Cómo empezar una reseña de la que, para mí, es una de las mejores películas de los últimos años? No es solo porque el tema me toque de cerca, que también, sino porque desprende genialidad por los cuatro costados. Es una crítica total a la mala práctica periodística, fuertemente atada al morbo y al elogio del mal comportamiento: el personaje, en su obsesión, pasa de sólo retratar la realidad a alterarla para conseguir que sea más interesante al mundo mediático. Dan Gilroy, en su primera película, es capaz de contestar magistralmente al eterno ciclo de la prensa basura, de los detalles escabrosos, de las vidas ajenas y de la falta de moral.

Además, contamos con una actuación sublime y soberbia, que en su momento pasó, por increíble que parezca, completamente desapercibida: Jake Gyllenhaal demuestra una vez más que es un actor con un tremendo registro, capaz de alcanzar una profundidad increíble en cada uno de sus personajes. Ya lo dejó claro en Prisioners, pero en esta ocasión la espiral de locura y obsesión de su papel es, simplemente, impresionante.

Si a todo esto le añadimos una fotografía cuidada al detalle, y un ritmo que, pese a ser algo pausado al principio, coge ritmo y fuerza a medida que avanza la película, obtenemos una obra maestra del cine de temática periodística (y del cine general) que no puede ni debe ser ignorada. Nightcrawler no es sólo un retrato de las sombras y luces de una profesión específica, sino que además, es un reflejo del lado más oscuro del ser humano y del mundo al completo; una auténtica joya que se convierte una recomendación especialmente destacada para este viernes de cine.

La película está disponible desde hace unos días en nuestra Biblioteca.

David López González (alumno de la UC3M)

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