La trilogía de Apu, obra maestra del cine periférico: “Didi ¿has visto alguna vez un tren?”

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Esta semana, con motivo de la exposición dedicada al profesor Alberto Elena, os traemos una recomendación particular. Sin duda, hoy en día el paradigma cinematográfico está dominado por la industria de Hollywood. Esto, que per se no es completamente negativo, tampoco es al 100% positivo. Una de las principales desventajas es que, como el profesor Elena ya sabía, muchas de las grandes obras del llamado cine periférico (de países, digamos, menos protagonistas) quedan relevadas a un papel secundario. Así, algunas de las más magníficas obras que ha dado el cine quedan injustamente demasiado ignoradas.

Este es el caso que nos ocupa: la trilogía de Apu, las tres películas más conocidas de uno de los directores indios más famosos de las décadas de los cincuenta y sesenta: Satyajit Ray. Vaya por delante una cosa: estas películas, desde luego, no responden a los cánones habituales a los que estamos acostumbrados. Exigen un proceso de relajación y ganas para disfrutarlas por completo. Pero, a la vez, son idóneas para empezar a entrar en el fenómeno de los cines periféricos: aunque lentas, son tan preciosistas y detalladas que quedas irremediablemente pegado a la pantalla durante las casi seis horas que cubren los tres films al completo.

Pather Panchali” (La Canción del Camino), “Aparajito”, (El Invencible) y Apur Sansar” (El Mundo de Apu), son, ante todas las cosas, el seguimiento de una vida. Una inmensa biografía de un chico normal, nacido en la India de los años 20. No es una historia de superación y triunfo acaramelada, sino un dibujo de la pobreza, de la ambición y del esfuerzo. Es un retrato perfecto de las desgracias de la vida, pero también sus bellezas.

Trabaja, además de todo, el ambiente de un país tan multiculturalmente rico como la India, en todas sus regiones: desde la selva hasta las grandes y superpobladas ciudades, pasando por las más diminutas aldeas. Queda una representación perfectamente detallada de todas las clases sociales, maneras de vivir, costumbres e ideas propias de un pueblo. Sin duda, la trilogía de Apu es la manera perfecta de asomarse a una cultura diferente y de disfrutar de un tipo de cine diferente al que habitualmente se consume en las zonas occidentales.

A todo ello se suma que, a base de dedicar horas y horas a profundizar en un personaje, acabas por conocerlo y por apreciarlo como si fueras una persona más del relato: lloras sus penas y te alegras por sus victorias; comprendes sus decisiones y criticas sus errores; entiendes su modo de ser y su manera de pensar… Sin duda, a modo de conclusión, solo quedaría decir que, como indica el título de la primera película, esta trilogía es la canción de un camino: la representación en vivo y en directo de una vida más con todos sus devenires, y el poder de inmersión que te da la cinematografía al colocarte como espectador de un flujo vital.

Gracias a la donación de Alberto Elena, esta fantástica trilogía está disponible en nuestra biblioteca.

David López González (alumno de la UC3M)

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