Japón en las letras de las canciones: intentando superar los tópicos

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La cultura japonesa es tremendamente atractiva, pero no ha sido hasta los últimos años cuando se ha empezado a tratar en occidente con un mínimo de profundidad. Un buen ejemplo de ello podríamos encontrarlo en las letras de las canciones de la música popular, de los ochenta a esta parte, en donde abundan las caricaturas, los topicazos y hasta los ramalazos racistas.

Vamos a hacer un breve repaso por las letras de algunas canciones de tema japonés con la intención de superar esta pobre visión de Japón. Para ayudarnos a ello, además, recomendamos acercarnos a las múltiples actividades celebradas en el campus de Leganés por el II Encuentro Hispano-Japonés de la Universidad Carlos III, y en particular, visitar la exposición de carteles y figuras que alberga hasta el próximo día 4 de noviembre la Biblioteca Politécnica Rey Pastor.

Ya The Vapors -en los primeros ochenta, cuando aún no existían los miedos a lo políticamente incorrecto-, nos dijeron que se estaban volviendo japoneses. Hoy suenan bastante horterillas…pero hay que reconocer que los pies se mueven al escuchar la canción. Los acordes de inspiración japonesa serán relativamente frecuentes en la década, valga como ejemplo el Big in Japan, de Alphaville.

Aunque aún no había explotado la fascinación que Japón levanta hoy en nuestras sociedades occidentales, en los ochenta encontramos más ejemplos, como Mi Dulce Geisha, de La Mode, una canción menor dentro de uno de los discos clásicos de la llamada Movida madrileña: El eterno femenino. El divertimento pop incluía numerosos juegos con los tópicos, como los versos “mi dulce geisha es sumamente amable / tiene dos luces oblicuas que sonríen cuando mira / le gusta el pescado crudo y sabe artes marciales”

Muchos años después, Fernando Márquez El Zurdo, alma del grupo, volvería a tierras japonesas con Las Vírgenes Shibuyas, tema que popularizó la banda de pop ligero Las Escarlatinas y que él mismo retomaría en su nueva aventura con el grupo La Ruleta China.

Bebiendo de esta misma tradición de pop luminoso, cercano al jingle publicitario, La Casa Azul grabó ya en los dos mil Cerca de Shibuya. Parece que los tópicos más evidentes van desapareciendo poco a poco pero la idea de Japón como tierra lejana y mítica sigue muy presente: “Tengo una invitación para viajar a un nuevo mundo / será la solución para enterrarte en un segundo / cerca de shibuya olvidaré tu amor y encontraré un nuevo océano / un huracán de sensaciones pop, algo nuevo, diferente y muy moderno. ”

¿Qué tendrá el barrio de Shibuya (Tokio) que les gusta tanto?

Hacia 1985, Mecano también había sucumbido a la atracción de lo japonés con su canción Japón, en la que, cómo no, incurrían en la caricatura del japonés como ser de costumbres mecanizadas: “Entre miles de tornillos viven en Japón… Unos dicen que son fieles al emperador / otros dicen que son fieles al ordenador”.

Desde entonces, el elemento japonés ha seguido siendo fuente de gracias en la música española. Es el caso del grupo-chiste No me pises que llevo chanclas, que dedican un tema a Japón (de igual título) en el que hacen gala del poco interés por conocer culturas nuevas: «Japón, mía que está leho Japón. (sic)». No obstante, en los últimos años el panorama ha mejorado, y así Carlos Sadness y Santi Balmes (de Love of Lesbian) grababan en 2015 el tema No vuelvas a Japón, en el que aquellas tierras se insertan en la historia de la canción de forma lírica, sin caer en los habituales tópicos que estamos viendo aquí.

Pero no todo es pop en lo tocante a tópicos japoneses. Luis Miguel, el rey de los baladistas románticos, también cantó En Japón, con una letra que entra de lleno en lo naif y en el tópico más sonrojante: «A japón-pon, a japón yo viajé / y en japón-pon / en japón te encontré / me temblaban los palillos / y se me cayó el arroz / me miraste sonriendo / y yo te pedí perdón».

Sin salir de América Latina, pero desde coordenadas radicalmente diferentes, encontramos a los portorriqueños Calle 13, que arriman su fusión latina al país del Sol naciente (toma topicazo) en un tema llamado, cómo no, Japón. Lo que une a Luis Miguel con Calle 13 es que ninguno de los dos se resiste a comenzar la canción con acordes de cuerda muy evidentes, de inspiración japonesa. Por lo demás, el catálogo de tópicos (insultantes algunos) en este caso se justifica por la ironía, “¿Que pensarán de nosotros en Japón-pon?” preguntan en el estribillo.

Nosotros también estamos interesados en conocer qué pensarán de nosotros en Japón, pero empezaremos por saber más de ellos, más allá de los tópicos

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