Según Paul Auster “Un árbol crece en Brooklyn” de Betty Smith es “un libro bellísimo de una novelista maravillosa y olvidada”.

De la mano de Francie Nolan, hija de inmigrantes irlandeses, conocemos sus experiencias vitales y las de su familia a comienzos del siglo XX en Brooklyn, Nueva York. Su familia llega a esta ciudad buscando el sueño americano, pero no es tan fácil de conseguir, las trabas son importantes.

Francie, a la sombra de un árbol que crece en cemento, pasa buenos ratos leyendo y observando lo que pasa a su alrededor. Es un árbol que a pesar de todos los inconvenientes que tiene para salir adelante lo consigue. Lo mismo le pasa a nuestra protagonista que lo tiene muy difícil pero tira hacia delante como el árbol. Son dos símbolos de conseguir algo, a pesar de todas las trabas del camino.

“Algunos lo llamaban el árbol del cielo, pues allí donde caía su semilla crecía otro que luchaba por llegar arriba.”

Hay grandes personajes además de Francie, su madre que es una mujer fuerte, luchadora, inteligente y con mucha dignidad, su padre gran persona a pesar de buscar refugio en el alcohol, su hermano y el resto de la familia. La abuela de Francie habla de la importancia de la lectura, que en ella calará pues será una gran lectora y usuaria de la biblioteca pública, con aptitudes para escribir.

“El secreto está en saber leer y escribir. Tú sabes leer. Todos los días debes leer a tu hija una página de algún libro; todos los días hasta que ella aprenda a leer. Entonces ella deberá leer todos los días. Ese es el secreto.”

La novela se divide en cinco libros coincidiendo con las distintas etapas de la vida de los Nolan. Es un relato sencillo y tierno que se desarrolla en un ambiente austero y deprimido, pero su lectura no transmite tristeza y angustia. E incluso algunas situaciones hacen esbozar una ligera sonrisa en el lector. Hay una gran adaptación a las circunstancias.

En el año 1945 Elia Kazan rodó una película basada en la novela llamada “Lazos humanos”

En nuestra biblioteca hay ejemplares de esta sencilla y entrañable novela. Y estupendas guías de Nueva York, por si se quiere visitar la zona dónde se recrea la novela.

Rosa Jiménez Villarín