Uno de los temas que se va a tocar este año 2015 en Getafe Negro, es el papel de la mujer en la novela de este género, un papel que ha ido evolucionando desde el de víctima, o novia, o amante, hasta el de verdadera protagonista de este tipo de historias. Tocaremos ese tema de soslayo, porque hemos elegido hacer un repaso de algunas de las autoras  que han escrito o escriben novela negra. Por supuesto, muchos de sus libros los podéis encontrar en nuestra biblioteca.

Vamos a empezar con las mujeres que han matado en inglés, y no podemos olvidarnos de Agatha Christie, ¿quién no ha leído un libro suyo o ha visto una película basada en una de sus historias?Además, todos conocemos a sus investigadores, el detective belga Hércules Poirot y la adorable Miss Marple. ¿Habrían podido ellos resolver el misterio de la desaparición de la escritora que tuvo en vilo a la prensa británica durante 3 semanas?

Otro lugar destacado es para la americana Patricia Highsmith, cuya popularidad se debe tanto a sus novelas como a las diversas adaptaciones al cine que éstas han tenido, empezando por Extraños en un tren y terminando con las protagonizadas por Tom Ripley, un personaje de inmenso talento para obtener la confianza de los demás y después vivir una vida que nunca le habría correspondido de no haber mediado en ella el crimen.

Hay otras autoras que viajan en el tiempo para imaginar sus historias, como ocurre con Lindsey Davis ,que sitúa sus novelas en la Roma antigua, donde Marco Didio Falco resuelve crímenes, aunque seguido muy de cerca por su hija, Flavia Alba, que ha empezado a protagonizar otra serie de novelas.

El viaje geográfico se da en el caso de la escritora americana Donna Leon , que vive en Venecia y que la usa como escenario de las novelas en las que el comisario Brunetti disfruta de opíparas comidas preparadas por su esposa Paola y a veces vuelve a casa después de investigar un crimen tomando un vaporetto.

Se nos quedan muchas en el tintero como Ruth Rendell, Dorothy L. Sayers, P.D. James, etc.

Entre las nórdicas no podemos dejar de mencionar a la pionera Maj Sjöwall, que junto a Per Wahlöö va a inaugurar el género en Suecia con la serie de novelas protagonizadas por el inspector Martin Beck. Ellos fueron los precursores antes que el recientemente fallecido Henning Mankell y posteriormente, Stieg Larsson pusieran de moda la novela negra nórdica entre nosotros.

También sueca es Camilla Läckberg, autora de la serie de novelas en las que la protagonista, Erica Falck no es policía ni detective sino escritora, aunque por el bien de la trama acaba viviendo con un agente de la policía local de Fjällbacka, Patrick Hedström. Ni que decir tiene que Erica y Patrick tienen una especie de imán para atraer los crímenes a esta idílica localidad.

La escritora (y exministra de Justicia) noruega, Anne Holt, ha contribuido a romper estereotipos en el género: tiene dos series protagonizadas por investigadoras femeninas y una de ellas, Hanne Wilhelmsen,  además, es lesbiana. De este país procede también Karin Fossum,  autora de una serie de novelas protagonizadas por el inspector Konrad Sejer, viudo solitario, al que “rescatan” su hija, su yerno y su nieto adoptado en Somalia.

Viajamos a Dinamarca para encontrarnos con Sissel-Jo Gazan, quien después de estudiar Biología y especializarse en el origen de las aves, decidió aunar esta pasión con la de escribir y tiene en su haber dos thriller científicos: Las alas del dinosaurio y La golondrina negra.

Y saliéndonos del ámbito escandinavo, queremos mencionar a la francesa Fred Vargas, creadora del comisario Adamsberg, un tipo del que los demás personajes dicen que está en las nubes y que parece resolver crímenes sin ningún método, eso sí, muy bien acompañado por personajes secundarios como el tierno y culto Danglard , la ciclópea teniente Retancourt o Camille, antiguo amor del comisario, violinista y aficionada a la fontanería y los catálogos de máquinas-herramienta.

Terminamos con la autora china residente en Reino Unido, Diane Wei Liang, quien crea a Mei Wang, una investigadora que abandona la policía de Pekín para aventurarse a fundar una agencia de detectives, aunque debe llamarla consultoría de información para burlar la prohibición que afecta a ese tipo de negocios.

Os emplazamos para un siguiente post donde trataremos de las autoras españolas del género con la extensión que se merecen.